miércoles, 26 de enero de 2011

Desvairemos...

No veo el rojo, el blanco o el azul
No veo el marrón ni diferencio el amarillo del negro. . . si, NEGRO, así es como lo veo todo en estos momentos por mucho que abra los ojos y me definan los colores...

Voy ciego y sin pensar. Solo quiero recordar momentos mejore, un "Diciembre diferente", un "Fin de año raro", lleno de todos los colores que hoy no distingo...
Prefiero no ver por donde voy, chocar contra las parees para encontrarlas y caer en las piedras que están ahí para ello, para así curar el dolor y las heridas físicas en vez de pensar...
Prefiero imaginar las cosas a verlas como son, prefiero huir de la realidad, escapar por un momento a... ¿Donde?...

A una rutina en la que he caído: dormir, levantarme, clases, comer, dormir para no pensar, cenar, dormir para seguir sin pensar en ella por mucho que se esfuerce mi corazón en seguir.
Trato de ocupar TODA mi cabeza con mil y una ideas diferentes y enrevesadas para obligarla a concentrarse en ellas, como una máquina, y no sentir, estar "muerto". . . pero no. . . las máquinas, no "fuman", ni pueden desocupar una parte nueva de su cabeza o, incluso, crearla específicamente para seguir pensando en lo mismo, una parte en cada momento en el espacio infinito que son los pensamientos, o, mas bien, los sentimientos, provocados o no por un músculo llamado corazón al que se lo achacamos sino los sentimientos de un ente, un ser, un loco. . . en fin... un platónico o un enamorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario